Benjamin Barker es un barbero de Londres, al que condena injustamente el juez Turpin, para poder quitarle a su mujer. Al cabo de los años consigue volver, con un nueva imagen y un nuevo nombre: Sweeney Todd. A partir de aquí, abrirá de nuevo su barbería de la calle Fleet y se servirá de sus afiladas navajas de plata y la siniestra señora Lovett -que prepara las peores empanadillas de Londres- , para llevar a cabo su venganza.
Con Sweeney Todd, Tim Burton ha vuelto a dar en el clavo y a dirigir una película redonda. Consigue mantener el ritmo en toda la cinta y hacerlo con su estilo tan personal y particular. En toda la película se hace patente su manera de hacer cine. Empezando por los personajes que son de lo más oscuros, - como los protagonistas, interpretados por los geniales y ya habituales Johny Depp o Helena Bonham Carter -. El vestuario y maquillaje son marca de la casa. El decorado de Londres y los interiores son tales, que por ellos podrían pasearse los mismísimos Jack Sckellington, Bitelchús, o Eduardo Manostijeras. Y para acabar de completar el círculo, la historia contiene abundantes elementos macabros y una buena dosis de humor negro.
El gran pero que muchos encontratán a la película, es que esta es prácticamente toda cantada y en versión original. Lo que por otro lado es un gran acierto. Porque podemos oir las letras originales, del gran musical que llevó Stephen Sondheim a los escenarios de Broadway en 1979.
Sweeney Todd, es en definitiva un estupendo musical que encantará a los amantes de este escaso género, y que no defraudará a los fieles seguidores de Tim Burton.
Mi nota para Sweeney Todd...un OCHO.
