lunes, 22 de diciembre de 2008

Vuelven los vampiros
















Si hay un personaje o monstruo que se haya usado por el cine en incontables ocasiones, ese sin duda es el vampiro.
Desde Nosferatu, pasando por el gran Drácula de Bela Lugosi o el menos grande de Christopher Lee - carne de serie B -, los vampiros han sido una excusa perfecta para mezclar historias de amor con el terror. El vampiro es un personaje capaz de acojonar al más pintado a la vez que enamorar a la chica más guapa del lugar.
Con todo esto, en los años 80 surgió una nueva ola, que suponía la reinvención del género vampírico. Películas como Jóvenes Ocultos o Noche de Miedo, daban una mirada más joven, cómica y moderna de los chupasangres.

Ahora después de un cierto paréntesis - con la floja propuesta de Buffy Cazavampiros de por medio - los vampiros modernos regresan con fuerza, con dos propuestas.
La primera propuesta, llega a la gran pantalla y viene avalada por un gran éxito reciente de la literatura juvenil - con un gran paralelismo al fenómeno Harry Potter -, cuya primera entrega nos llega con el título de El Crepúsculo. Una de vampiros de instituto que, reinventa los vampiros y promete arrasar con una legión de seguidores, con una trama infalible en estos tiempos que corren, con el auge de las series de tv adolescente.

La segunda propuesta vampírica, viene en forma de serie - de momento en España sólo disponible en las plataformas de televisión por cable -, y es una propuesta mucho más adulta, oscura, políticamente incorrecta y subida de tono. True Blood, del creador de la genial A Dos Metros Bajo Tierra, apuesta por enseñarnos más colmillos y mucha más sangre que en El Crepúsculo, partiendo de la idea de una "salida del armario" general de los vampiros y el inicio de la integración de estos a la sociedad. El escenario, esa américa profunda que tanto juego dá con esas gasolineras y bares de carretera.









De las dos propuestas, este aspirante a crítico de cine, se queda con la segunda sin dudarlo, pues no está uno en edad de engancharse a los amoríos y peleas de adolescentes.

La Crisis en el Cine

El cine suele retratar muy bien la realidad, y el americano pese a su fama de fantástico, suele ser el que más historias reales ha llevado a la gran pantalla.

Ahora con la famosa crisis, y conociendo sucesos varios, me viene a la memoria una famosa escena de la enorme película del cine clásico que es Qué Bello es Vivir.

Viendo a James Stewart en esta escena, sufro por algún conocido.

A alguien le suenan estas imágenes?